viernes, 17 de febrero de 2012

Tortillas hechas a mano

La tortilla, un manjar de dioses.
DÍA 44


17 de febrero de 2012


Grado de dificultad: Fácil

Que rica sabe solita, recien hecha, con sal. O caliente al comal rellena de queso. Si la comemos en su tradicional función de taco, con carne, cilantro y cebolla. Sopeadita en un caldo, o hecha rollito con un menudo... La tortilla nos ha acompañado por muchos siglos a los mexicanos. Su origen es milenario y fue una excelente adición a la dieta criolla. Cuenta la leyenda que Quetzalcóatl bajó al Mictlán, el lugar de los muertos, y tomó huesos de hombre y mujer, y los llevó dónde la diosa Cuatlicue, quien molió el maíz y los huesos y con ello Quetzalcóatl creó a los hombres, según narra México desconocido. La elaboración de tan exquisito manjar está registrado en algunos códices prehispánicos, y hasta la fecha el consumo de la tortilla se ha extendido por el mundo.
La elaboración tradicional consiste en la siembra del maíz, la cosecha, el secado de las mazorcas, su desgrane, la preparación del nixtamal (cocción de los granos de maíz con agua y cal), molerlo para convertirlo en masa, y finalmente hacer la tortilla.
Desde hace muchas décadas el proceso se industrializó, sin embargo hay quienes lo siguen haciendo a cabalidad. También es muy común comprar la harina de maíz y preparar las tortillas en casa.
Se puede decir que los restauranes que hacen tortillas a mano ofrecen un plus a sus comensales y son muy solicitados, sobre todo, entre los hispanos.
Preparar la tortilla en casa puede parecer fácil, pero requiere de técnica y práctica. En lo personal tardé algunos años en aprender cómo hacer unas buenas tortillas, pero puedo decir orgullosa que ya las dominé, todo era cuestión de poner atención en los detalles, por eso hoy compartiré con ustedes cómo hacer tortillas a mano sin morir en el intento.

Necesitamos:

maquina de tortillas manual.

  • Una maquinita para hacer tortillas (Si no tienen, no se preocupen, les sirve igual una tabla para picar verdura)
  • Una bolsa de plástico abierta por los costados
  • Harina de maíz
  • Agua cantidad necesaria
  • Sal al gusto


Preparación:

Hacemos la masa de acuerdo a las instrucciones del empaque, con la precaución de que no nos quede aguada ni muy reseca. La textura debe de ser muy maleable, con suficiente humedad, sin que se rompa.

Colocamos la bolsa abierta en la maquinita y ponemos en el centro una bola de masa, poco más pequeña que la palma de la mano. Con la misma bolsa la cubrimos y aplastamos.

Con nuestra maquinita aplastamos la masa para hacer nuestra tortilla.
No muy delgana, no muy gruesa.


La echamos en el comal, que debe de estar MUY CALIENTE. Esperamos
unos segundos a que comience a salir vapor de la tortilla para inmediatamente
voltearla. Esa es una de las claves para que quede bien nuestra tortilla.
Si la dejamos más tiempo del debido, la tortilla se hará mestiza, es decir,
se agrietará de una de las caras y no se inflará.

Después de voltearla le daremos unos segundos para que se cueza bien.
Se volverá a voltear para que culminé bien su cocción. Cómo saber
que nuestra tortilla está lista? Cuando se infle.

Las acomodamos en una servilleta para que no pierdan su calor y
estén lista para la comida. Se pueden refrigerar frías y dentro de una
bolsa de plástico. Son un lujo, pero en verdad vale la pena el esfuerzo.


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2 comentarios:

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  2. TORTILLAS A MANO

    “Se juntan las palmas y aplastan la masa, aplauden las manos, formando tortillas”.

    Al pie del metate,
    su corazón late,
    amasa la masa,
    las penas que pasa.

    Maíz nacional,
    bolitas, testal,
    sus manos aplauden,
    hermanas se funden.

    Torteando, torteando,
    con amor formando
    básico alimento,
    pierde hasta el aliento.

    El trabajo empeña,
    carbón, fuego, leña,
    fogón que me abraza,
    tortillas de casa.

    Van de mano en mano,
    quererme no es vano,
    mucho las orea,
    cariño desea.

    La braza de su alma,
    mi vida desarma,
    sudor es ferviente,
    el comal caliente.

    ¡Ichúskutas planas!,
    ansiosa, con ganas,
    las suelta, resuelta
    y vuelta que vuelta.

    Cocción prolongada,
    tlaxcallis sagradas,
    quedan bien blanditas,
    blancas, . . . azulitas.

    Algunas, que se inflan,
    después se desinflan,
    humeantes, deseadas,
    acaban delgadas.

    Corazón resiste,
    la pasión te asiste,
    guarda la receta,
    tersa servilleta.

    Pequeña esa manta,
    de reina, de santa
    que, con gran fervor,
    cubre ese calor.

    Tazcal, chiquihuite,
    tortillas, ¡banquete!,
    sus manos yo beso,
    juntas son un rezo.

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    México. Distrito Federal, a 1º de abril del 2006.
    Reg. INDAUTOR No. 03-2011-090913353800-14

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